lunes, 21 de noviembre de 2011
Casanova el mejor seductor de la Historia
Casanova dijo una vez: “La ocupación principal de mi vida ha sido cultivar el placer de los sentidos. Al sentir que nací para el bello sexo siempre lo he amado, y casi siempre me ha correspondido”.
Casanova existió, no es una leyenda o un cuento. Nació en Venecia el 2 de abril de 1725. Su primer encuentro sexual no fue con una chica sino con dos: Nanette y Marton Savorgnan, hermanas y vírgenes hasta entonces. Aseguraba poder seducir en quince minutos a cualquier mujer, incluso a la más virtuosa, y con más tiempo la podía hacer recordarlo toda su vida. Sedujo monjas, prostitutas, actrices, campesinas, duquesas y damas nobles. El tipo no era guapo como puedes ver en la foto, pero el tenia algo que les traia a las mujeres, y les hacia sentir emociones positivas.
Los secretos de Casanova están disponibles para cualquiera que tenga verdaderos deseos de hacer feliz a cualquier mujer. Lo que ellas buscan en un hombre es que las haga sentir bien, buscan emociones positivas y al hombre que les haga sentirlas. No les importa si eres gordo o delgado, si eres alto o bajito, guapo o feo. Lo que les importa es cómo las haces sentir, qué emociones eres capaz de generar en ellas. Si esas emociones son positivas la tienes asegurada.
Casanova se llevó a la cama a las hermanas Savorgnan porque las hizo sentir bien, las invitó a que, “como una prueba de amistad se metieran los tres desnudos a la cama, ¿qué podían temer, ellas eran dos y él solo uno”. Las hizo sentir seguras y divertidas.
Y ellas respondieron con sexo.
El caso anterior no es de extrañar, realmente cualquier hombre puede hacerlo. Es la respuesta tradicional de las mujeres cuando se sienten bien, cuando un hombre las satisface en el terreno emocional.
¿Para qué sirve el cortejo?

En el cortejo se sucede una serie de comportamientos que
cumplen diferentes finalidades. Estas conductas se van integrando
entre sí para desembocar, si el éxito acompaña, en la cópula.
Persuasión. Su función principal es eliminar o aminorar los
comportamientos no sexuales de la hembra, sea su indiferencia, su
huida o muchas veces su ataque. Como es de esperar,
predominarán señales de apaciguamiento, amistosas,
tranquilizadoras…
Orientación. La seducción de pájaros, grillos, ranas y
chicharras es bien conocida: cantan sus canciones de amor. Y
recalcamos el sus porque cada especie tiene su propia canción,
diferente a la de las demás especies. Otros animales emiten
aromas sexuales (feromonas), otros danzan grotesca o
graciosamente, etc. Estas son formas de cortejo que ayudan al
encuentro de la pareja y que simultáneamente informan que aquí
hay un macho adulto, dispuesto sexualmente y de su misma
especie (función de aislamiento reproductor del cortejo). Aunque
el hombre no tiene posibilidades de equivocarse con otra especie,
este último punto es sumamente importante para muchos
animales, ya que confundir una novia con un depredador bien
puede costar la vida.
Otra función es la de sincronización, donde la presencia del
macho cortejante, por ejemplo, acelera la ovulación de la hembra
y favorece su fecundación. Si el cortejo se extiende por período
largo (noviazgo), los individuos van sincronizando sus
actividades, conociéndose, tomándose los puntos uno al otro: si
no hay deserción, la pareja puede establecerse con buenas
posibilidades de coordinación y de éxito reproductor. Finalmente,
los machos cortejantes con sus comportamientos exuberantes no
sólo atraen a las hembras, sino que repelen a otros machos
competidores. El cortejo sirve a la vez como señal que inhibe y
desestimula a otros machos.
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